A través del equilibrio del blanco (white balance), manual o automático, se compensa la temperatura del color de la escena. Una correcta compensación de la temperatura de color elimina desagradables virajes de color, hacia tonalidades más o menos azuladas o rojizas, por ejemplo.
El equilibrio del blanco se puede realizar por medio de una compensación eléctrica o mediante un filtro conversor de temperatura de color. Es preciso ajustar el equilibrio del blanco antes de oprimir el disparador de la cámara cuando fotografiemos en .JPG o .TIFF ya que, si las imágenes quedan viradas o con los colores erróneos, después nos será muy complicado corregirlos sin perder calidad o detalle.
Desde el principio, por favor
La luz es una radiación electromagnética de intensidad y longitud de onda variables, comprende la parte visible del espectro electromagnético, que está formado también por ondas de radio, radar, rayos gamma, rayos cósmicos, rayos X, infrarrojos y ultravioletas, los cuales son imperceptibles para el ojo humano.
La longitud o latitud de onda
La luz monocromática es la que corresponde a una sola longitud de onda, lo que se conoce normalmente por un color, y está expresada generalmente en nm (nanómetros), es decir, a cada longitud de onda le corresponde un color determinado. La longitud de onda de los diferentes colores está comprendida entre 370 y 780 nm. En la tabla se muestra la correspondencia entre los colores usuales y las longitudes de onda correspondientes. Realmente, el ojo puede llegar a distinguir millones de colores.
Color | Longitud de onda |
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Ultravioleta | 320 a 370 nm |
Violeta | 370 a 430 nm |
Azul | 430 a 480 nm |
Cian | 480 a 500 nm |
Verde | 500 a 540 nm |
Amarillo | 560 a 580 nm |
Naranja | 580 a 610 nm |
Rojo | 610 a 780 nm |
Infrarrojo | 780 a 1400 nm |
Las luces percibidas por el ojo se llaman luces visibles y su conjunto constituye el espectro visible, que corresponde a una estrecha franja de longitudes de onda. Cualquier fuente luminosa, natural o artificial, tiene una dominante de color, irradian luz compuesta por varios colores lumínicos, lo que motiva esa dominante, así, por ejemplo, una vela crea una dominante de color rojiza, las bombillas de tungsteno crean un tono anaranjado, las luces de xenon tienen una dominante azulada, etc.
La temperatura de color
Para definir el color de la luz utilizamos la llamada escala de Temperaturas de color, que expresamos en grados Kelvin (ºK) y se establecen siguiendo la teoría de que si calentamos un cuerpo negro, que absorbe toda la luz y la energía que incide sobre él, la escala de luces resultante, emitida por el cuerpo, correspondería a una escala de temperaturas equivalente o, dicho de otro modo, la temperatura a la que habría que calentar un teórico cuerpo negro para que emitiese una luz de un determinado color. Estas variaciones de color, que pasan desapercibidas para la visión humana, se evidencian perfectamente en fotografía y en videografía.
Como hemos dicho antes, la luz está compuesta por diferentes longitudes de onda que pertenecen a los diferentes colores y cuando la luz incide en los objetos, estos reflejan su color y absorben el resto, por ejemplo, cuando se ilumina una superficie verde esta absorbe todas las longitudes de onda menos la verde, que es la que refleja y vemos. Por el contrario, si la fuente de luz no posee la longitud de onda del color de la superficie, no percibiríamos el color de ésta. Por ejemplo, si iluminásemos una superficie verde con una luz de tungsteno, aquella se vería gris, ya que la fuente de luz no posee la longitud de onda verde, que es la que se refleja en superficies de su mismo color.
La luz del sol tiene una temperatura de color de unos 5.500º Kelvin y está considerada como la luz blanca, es decir, posee todas las longitudes de onda en la proporción exacta para que no exista ninguna dominante de color, este hecho lo tenemos reflejado en el famoso disco de Pink Floyd “The Dark Side of the Moon”, donde se puede ver cual es el efecto que se produce cuando incide un rayo de luz sobre un prisma. A este tipo de luz es al que aspiramos a llevar nuestras fotografías cuando hacemos las correcciones con el balance de blancos, a un tipo de luz que refleje los objetos tal cual son, sin dominantes de color.
Contrarrestar las dominantes de color
Para contrarrestar estas dominantes de color, las cámaras llevan incorporados sistemas de balance de blanco, cuya finalidad es equilibrar esas luces provenientes de distintas fuentes al reflejarse en los objetos. Estos sistemas predeterminados pueden variar entre unas cámaras y otras, pero generalmente incluyen:
- Automático, que cubre un rango de entre 3.500º y 8.000º Kelvin lo que hace que se adapte a la mayoría de las fuentes de luz.
- Incandescente o tungsteno. Cuando la escena está iluminada por este tipo de luces y está estimado en los 3.000º Kelvin.
- Fluorescente. Es la opción que deberemos elegir cuando predomina este tipo de iluminación. Configurada sobre 4.200º Kelvin.
- Luz de sol. Como su propio nombre indica, dedicada a fotografías realizadas en estas situaciones. Establecida sobre 5.200º Kelvin.
- Flash. La opción a elegir cuando utilicemos este tipo de iluminación, ronda los 5.400º Kelvin.
- Nublado. Estimado en aproximadamente los 6.000º Kelvin.
- Sombra. Sobre los 8000º Kelvin.
- K – Manual. Donde elegimos nosotros la temperatura de color de una lista que se nos presenta.
- PRE – Preajuste de balance de blancos. Donde utilizamos un objeto gris o blanco como referencia para establecer la temperatura de color.
Si en algún momento te has preguntado que significan esos pequeños símbolos de un rayo, una bombilla, una casa, etc. pues con la siguiente imagen empezarás a atar cabos.
En este pequeño vídeo podremos ver como configurar el balance de blancos en nuestra cámara.
La siguiente tabla corresponde a los distintos valores de temperatura de color para cada uno de los correspondientes tipos de Balance de blancos en una Nikon D200.
El único modo que puede presentar algo más de elaboración es el balance de blancos preajustado, por ello debemos consultar el manual de nuestra cámara para conocer el proceso de ajuste de este tipo de balance.
En él debemos colocar un objeto blanco o gris medio bajo la luz que iluminará la escena, pulsaremos el disparador, con lo que la cámara medirá el valor del balance de blancos, y si todo ha ido correcto (la iluminación no es ni demasiado oscura ni demasiado clara) se guardará esta medición temporalmente en la cámara hasta que no hagamos otra medición. En el caso de las Nikon, las últimas mediciones se guardan temporalmente como preajuste d-0 hasta que no realicemos otra medición y en caso de querer preservar esas mediciones nos da la posibilidad de copiarlas y almacenarlas en nuestra cámara, en preajustes cuya nomenclatura iría desde d-1 hasta d-4. Las cámaras con este tipo de ajuste suelen tener, también, la opción de elegir una fotografía, que tengamos guardada en nuestra tarjeta, como patrón para el balance de blancos.
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Estas cuatro fotografías se hicieron bajo una misma luz de flash, de este modo la cámara hizo las correcciones erróneas (exceptuando la última ya que la iluminación sí es de flash) dando lugar a cuatro interpretaciones diferentes de la luz que incidía sobre el objeto. Hemos provocado este efecto para ver como reacciona nuestra cámara ante diferentes indicaciones que le damos.
Ahora es tu turno, configura tu cámara con diferentes balances de blanco y observa el resultado, en principio, no interesa la estética sino familiarizarnos con los efectos que produce en nuestras fotografías, los diferentes ajustes de la cámara.